OMP de Colombia

Programas Pospa

1. Asesoría a grupos misioneros de los seminarios

El Concilio Vaticano II, en el proemio del decreto Optatam Totius sobre la formación sacerdotal, nos dice: “La anhelada renovación de toda la Iglesia depende en gran parte del ministerio de los sacerdotes”. En realidad la renovación de una parroquia, de una diócesis y de la Iglesia universal depende fundamentalmente de la renovación de los sacerdotes, pues, ellos han sido elegidos por Dios y puestos por Él como guías de su pueblo. Se necesita, entonces, que el guía esté lleno de Dios y sepa el camino que conduce hacia Jesús, de lo contrario no vamos hacia Dios, no hacemos su voluntad, no lo glorificamos. Se corre el riesgo de no seguir el plan de Dios sino el plan egoísta de cada uno, así lo decía San Pablo: cada uno busca “sus propios intereses y no los de Cristo Jesús” (Flp 2,21). Es por esto que sea hace siempre urgente cultivar el espíritu misionero de los seminaristas, para que vayan configurando su ser según el Corazón de Jesús, el Buen Pastor.

Este servicio de la POSPA contribuye a dinamizar la conciencia misionera de los grupos misioneros presentes en los seminarios. También favorece la creación de nuevos grupos dentro de las casas de formación y la animación misionera de todos sus integrantes.

La llamada a la santidad es inseparable de la llamada a la misión, son como dos caras de la misma moneda. “El verdadero misionero es el Santo” (RM, 90). El termómetro de nuestra fe se puede medir por el grado de conciencia misionera y dinamismo evangelizador.

El Papa Francisco nos viene indicando la necesidad de tener y renovar permanentemente nuestro encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva y nos libera de toda esclavitud (Cf. EG, 1-3). “Sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad” (EG, 8).

Las OMP, por medio de este programa de la POSPA, ofrecen a todos los seminarios este servicio de animación misionera.

2. Agosto, mes de la POSPA

En Colombia, las OMP, dedican el mes de agosto para promover una campaña especial de divulgación de la POSPA y de sensibilización del pueblo de Dios para que coopere en esta Obra del Papa a favor por las vocaciones sacerdotales del mundo.

Se envía una carta a cada director diocesano de las OMP en donde le participamos de este cometido del Papa. Además le proponemos algunas iniciativas para promover el conocimiento de esta Obra Pontificia y la consecución de ayudas espirituales y económicas para dicha causa.

Agradecemos a los seminarios que se han vinculado con esta Obra y que incluso han enviado su contribución económica para la POSPA.

Gracias a las ayudas económicas que los fieles destinan para esta Obra, el Papa, puede velar por la formación de más de setenta mil seminaristas de los territorios y situaciones misioneras del planeta.

3. Jornada Nacional de la POSPA

En Colombia se celebra el primero de agosto. Se transmite la Eucaristía de la Jornada Nacional de la Pospa por el canal católico Cristovisión. Se trata ante todo de una jornada espiritual pidiendo al Señor nos conceda santas y abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas en todos los pueblos de la tierra.

Con la celebración de esta jornada también se busca difundir la POSPA y su cometido en todo el pueblo de Dios. La colecta económica es también un signo de nuestra comunión con el Santo Padre y con su petición de ayuda para las vocaciones nativas.

En 1.989, al cumplirse el primer centenario de la POSPA, el Papa San Juan Pablo II nos dice claramente que esta obra debe continuar en la Iglesia. Al respecto, leamos el número 5 de su Carta Apostólica en el centenario de la POSPA:

“Cien años después de su fundación, la Obra de San Pedro Apóstol está lejos de haber acabado su misión. Si las jóvenes Iglesias ven aumentar felizmente el número de las vocaciones sacerdotales y religiosas surgidas en su seno, el grito oído por el Apóstol Pablo: «Pasa a Macedonia y ayúdanos» (Hch 16, 9), no dejará de resonar entre los ministros del Evangelio, de todas partes del mundo, mientras el número de los bautizados no crezca al mismo ritmo que la población del globo.

La invitación de Cristo nos concierne a todos y nos interpela con fuerza. El Vaticano II ha subrayado claramente el carácter comunitario de la misión por la cual Cristo pidió que se rezara al Señor de la viña: «La comunidad local no debe fomentar sólo el cuidado de sus propios fieles, sino preparar también, imbuida de celo misional, para todos los hombres, el camino hacia Cristo» (Presbyterorum Ordinis, 6).

Teniendo en cuenta la amplitud de la tarea que compete a los sacerdotes y a los religiosos en el mundo actual, y considerando las múltiples dificultades que encuentran en el apostolado, es preciso cultivar, consolidar y formar las vocaciones suscitadas por Dios. Y esta labor corresponde sobre todo a los seminarios menores y mayores. Estas instituciones tienen necesidad de la cooperación generosa de todos los fieles para poder dar a los candidatos al sacerdocio la formación equilibrada que necesitan. El crecimiento del clero autóctono podría detenerse a causa de la insuficiencia de los recursos disponibles. Según el testimonio de numerosos obispos de los países de misión, más de una diócesis hoy día correría el peligro de ver reducida su esperanza de contar con un clero autóctono, si no gozara de la ayuda aportada por la Obra de San Pedro Apóstol. No cerremos nuestro corazón: ¡lo que hemos recibido de su bondad, démoslo también nosotros con alegría!”

4. Asóciate a la POSPA

Este programa invita a todos los fieles a ser benefactores la POSPA ofreciendo su contribución espiritual y económica por las vocaciones sacerdotales del mundo.

“Según el testimonio de numerosos obispos de los países de misión, más de una diócesis hoy día correría el peligro de ver reducida su esperanza de contar con un clero autóctono, si no gozara de la ayuda aportada por la Obra de San Pedro Apóstol. No cerremos nuestro corazón: ¡lo que hemos recibido de su bondad, démoslo también nosotros con alegría!” (San Juan Pablo II, Carta Apostólica en el centenario de la POSPA, 5).

El donativo económico puede ser anual, semestral, mensual o esporádico, según la voluntad de la persona benefactora.

Cada viernes la Sede Nacional OMP celebra una eucarístia por los socios de la POSPA y por sus intenciones. Además registramos a los socios en el libro de oro socios de la POSPA, para encomendarlos permanentemente en nuestras oraciones.

La asociación puede ser a nombre personal o de la familia, grupo, movimiento apostólico, seminario, parroquia, diócesis, comunidad religiosa, o comunidad eclesial.

“¡Que la bendición de Dios sea la recompensa para todos aquellos que se asocian a la Obra de San Pedro Apóstol y para todos aquellos cuya vocación favorece!” (San Juan Pablo II).

Puede hacer consignación o transferencia a nombre de: Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.

En cualquiera de los siguientes bancos:  Bancolombia, cuenta de Ahorros N. 20557000743. Banco de Bogotá, cuenta corriente N. 032014946. Banco Agrario, cuenta corriente N. 008200122888

Luego, por favor envíe su comprobante escaneado o fotografiado al email: pospapum@ompdecolombia.org  

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